La razón intenta acabar
con lo que quedaba de esperanza,
se deshoja el alma,
se desencuaderna la historia
y aunque se construyen hermandades
profundas
¿de qué sirve un corazón
amedrentado?
¿para qué una llama
cuándo sobra claridad?
Las noches pasan sin lamento,
pero aún inúndanse de
dudas,
ausencias y repetitivas pesadillas...
La contundente realidad supera
cualquier temor y visión
onírica,
la mirada pierde lo espiritual,
pues pareciera imposible cambiar
de hábitos, de suerte
e inclusive ya de ciertas concepciones
que no tienen sentido
pero se sostienen
como única verdad...
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