NOSTALGIAS
Valle de Jovel, 21-2-2014
Marco von Borstel
I-
Inspeccionando
las nostalgias
enquistadas,
para darnos cuenta al terminar
que no son síntomas
contrarevolucionarios,
(del gen burgues
que aún no ha
podido
ser extirpado de mi ser)
ni
tampoco,
superficialidades
del ego,
traumas infantiles recurrentes
o ganas de llamar la atención…
Sino
que su parasitaria
existencia
se debe a causas entrañables,
profundas,
como
profundo es el suspiro
cada vez que yo te miro …
Esas nostalgias son dolencias
de
sueños truncados,
de
realidades mancilladas,
por
propias y ajenas
intenciones,
hechos y reacciones,
así como por cualquier
pasividad o
acto nombrado inconciente,
al
no haber sido premeditado
o
impulsado a voluntad…
Esas nostalgias tienen que
ver con mi historia,
dinamización constante y rauda
de escenarios y dimensiones
sociales diferentes,
derrotas, saldos, quiebres y
frustraciones que
se van acumulando
en
un remolino
abstracto,
que
ha formado
mi
propia percepción…
II-
Nostalgias incesantes que
me hacen
ser inoperante.
Sentimientos que
debieron
ser fugaces,
pero que se
adueñaron
del predio
donde viven los latidos
y moraba la
esperanza,
que ahora
anda,
vagabunda,
intentándose
esconder
del olvido y de las sombras…
Nostalgia testaruda,
que arrogante
pareciera
querer tener
la última verdad,
cuando justo de la
verdad
es
de quien se queja,
pues ha
quedado en evidencia
lo parcial y temporal que
puede
ser,
y cuanto daño
causan
sus silencios
y
mentiras…
Nostalgia que ahoga como el mar
cuando
impertinentes
nos
adentramos
en noches tormentosas
del pacífico.
Nostalgias que
nublan la mirda
y
rompen los espejos;
necias
afirmaciones
melancólicas,
que seducen
a los brotes
de entusiasmo,
que engañados
se convierten en tristeza
o simplemente
se disuelven
ante la marejada
de
íntimos embates sin consuelo,
que provienen
de tantas noches solo,
de tanto llanto contenido,
de tan absurdo
que
resulta
el estar vivo
en
un mundo
que no soporta a la
nostalgia…
III-
Nostalgia no es saudade,
no es una elección
o una bandera,
es un inocente turista
que se apodera del cuarto,
el
paisaje,
los caminos
y todos los
recuedos…
Un paseante que se hace
dueño,
terrateniente
y
cacique…
Una gota que al mojar
se hace inmensa
como un lago..
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