Dícense decires

indiscreciones maltratadas
por no saber como fingir,
relatos de osadias, verguenzas y nostalgias
dilapidadas por ser tan diametralmente opuestas
que parecen imposilbes,
derretimientos que no se pueden evitar
y sansaciones de caer hacia el vacío
que ya son intrínsecas de mí...
Destierros al llegar a casa,
dimensiones sujetas a traspies,
¿que hacer cuando no se cree en nosotros?
¿solo navegar a la deriva?
¿o buscar una nueva encrucijada?
Dícense decires que parecen simulados,
mientras en el contexto
los garrotes son ya cotidianos
y el plomo se traga cual saliva...
indiscreciones disueltas
entre tanto remolino, malestares
y pesadillas que no cesan de nombrarme...

distancias

distancias saturadas de malos entendidos,
sin sabores repletos de solitudes,
deseos llenos de suspiros incompletos...
el viento trae sueños muy extraños
y el destino insiste en mofarse del camino...

palabras

palabras que quedan cual cicatrices
notorias en mi alma,
silencios olvidados
distinciones de planetas que se alejan
movimientos errantes de mis piernas,
de mis labios y de mis sueños....

incautos

Dioses incautos
que aun guardan esperanzas
en que los que habitamos este mundo
podamos transformarlo,
nos pudieramos hallar,
se pudieran recordar...

¿que hacer?

y ¿qué hacer cuándo el viento
se convierte en remolino
o deja de soplar?
¿cuándo las bendiciones trasmutan
hasta convertirse en pesadillas?
¿cuándo uno siente
que el corazón le autoengaña
y no se le puede creer?
¿qué hacer al darse cuenta y hablar
que todo es contradicción
y quizás la emoción
solo un reflejo de mis inconscientes opciones?
¿debe uno intentar matar el sentimiento?
¿qué hacer cuando no cabe el amor
y sería mejor ser un cabrón?
¿cuándo el fuego se extingue
por falta de aire
o se extiende
por demasiado soplarle?
¿qué hacer en este mundo
falto de coherencia
y con uno mismo
maldito, frágil y loco,
que apenas te puede mirar a los ojos,
pues debe contener su pasión?
¿qué hacer conmigo, contigo,
con la responsabilidad que me cargo
y con tanto que observo?
¿que hacer ante tanta
y tan cruel fragilidad?
¿qué decir si las palabras estorban,
las distancias se nutren
y ya parece
que nada tiene sentido?