Distancias distantes
caminos que parecen errantes,
pero aún
pasando por paisajes desolados
se escuchan voces de lucha,
y esperanza... elocuentes,
¿ecos o sonidos verdaderos?
Desamparo contundente,
amenazas apocalípticas
y una macabra política
sinvergüenza y contrainsurgente,
de perversidad indecente
y violencia innegable,
sea cruel, sutil o frontal,
desmiembra almas, cuerpos y pueblos...
Desamparado desamparo
los dioses se revuelven,
y ya no se escucha,
ni siquiera las campanas
de la iglesia del poblado,
parecería haber quedado abandonado,
la yunta,
sigue parada junto al maldito arado
a la espera de lo que ya no sea trivial
y con ímpetu aguarda conteniendo
cual semilla su instante
para labrar y cosechar,
en los campos y ciudad...
Desamparado desamparo,
desamparo musical...
sin sinos, tonos
ni sonidos,
los pecados son efímeros,
el río sin agua corre por un
lado
y seco está el pozo,
ni una nube se dibuja
en el manto que rodea
un árido horizonte...
la justicia esperando para el pueblo
y la rabia ante el embate
del saqueo de nuestra tierra...
instantes distantes,
distancias instantáneas,
continua caminándose la senda
y se atraviesan parajes y leyendas
a principio de un siglo
que no debiera ni existir....
Desamparado desamparo,
sin consuelo,
ni posible redención,
la explotación es un derecho
descarado
y el abuso
un hecho cotidiano,
se marchitan
hasta las aves y montañas
y se secan los llanos más
hermosos,
ni un perro ladra al lado del camino,
pareciera el poblado
invadido por la ausencia,
cobijado por una extraña
maldición...
Desamparado y despreciado
el olor a tierra y polvo,
que entintan todas las paredes
y la ineludible realidad,
¿cómo tener algo de fe
ante tanto pinche desamparo?
Desamparado desamparo
angustia de lo callo,
lo sombrío y olvidado,
de lo solo
y del maldito vendaval,
tanto es lo rudo,
“que estar viva
es un grito de rebeldía”,
tanto el desamparo
que ya no hay más que levantarse
para intentar labrar...
Desamparado reparo,
que conduce a una innegable rebelión,
desde las más diversas
trincheras,
aunque pareciera
una lucha de fantasmas
ante fieras,
es la única vía
para terminar con tanto,
tanto y tan cruento desamparo...
Inconmensurable desamparo
que no se puede vencer,
sino que hay que aprender
a caminar con él como fusil,
como otra contradicción más,
que se asume sin apego
y en un momento de descuido,
cual felino,
acechar, abrazar
y transformar...
